24/08/2011

EL ESCRITOR Y CRONISTA... Cristian Valencia en Santa Marta

TALIUM-RELATA SANTA MARTA invita:

A LA CONFERENCIA
"LA CRÓNICA Y LOS ESCRITORES FRENTE A LOS QUINIENTOS AÑOS DE SANTA MARTA"
CON EL ESCRITOR Y CRONISTA CRISTIAN VALENCIA

(asociado a la red nal. de escritura creativa RELATA del M.C.

Día: VIERNES 26 DE AGOSTO

Hora: 7 pm

Lugar: SALA MADRE MARGOT - CENTRO CULTURAL CLAUSTRO SAN JUAN NEPOMUCENO

ENTRADA LIBRE

Sobre el Invitado

CRISTIAN VALENCIA... Nació en Santa Marta, en 1963. Desde 1985 ha estado vinculado al medio periodístico. Escribió la página de cine en la desaparecida revista Mamola y publicó cuentos en el magazín dominical del Diario del Caribe. Desde 1999 hasta 2002 tuvo a su cargo la página de libros de la revista Cromos. En 2000 obtuvo la primera mención del concurso de crónica, abierto a Iberoamérica y convocado por la revista Gatopardo, cuyos jurados fueron Jon Lee Anderson, Juan José Millás y Juan Villoro. En la actualidad trabaja como cronista independiente para distintos medios de comunicación, como las revistas SoHo y Gatopardo, y escribe una columna de opinión en el periódico El Tiempo los domingos. En 2007 salió publicada una selección de crónicas, Hay días en que amanezco muerto, bajo el sello Random House Mondadori.

En literatura, en 1992 obtuvo la primera mención en el concurso de libro de cuentos convocado por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo. En 1997 obtuvo la beca de creación, modalidad novela, convocada por Colcultura dentro del marco de los premios nacionales. En 2000 publicó la novela El rastro de Irene, con Planeta. En 2003 publicó Bitácora del Dragón, también con Planeta. Es escritor acompañante de algunos talleres literarios en el país, a la luz de un proyecto del Ministerio de Cultura llamado Red Nacional de Talleres Literarios (RENATA).
http://www.fil.com.mx/prog/ficha.asp?ida=1373


¿Será la hora de los trenes?


En 1976 tuve la fortuna de viajar hacia la Costa desde Bogotá en tren. Un lujo de recuerdo, que las generaciones venideras jamás tuvieron porque a los Ferrocarriles Nacionales les dieron salvaje sepultura. Recuerdo que el trayecto entre la señorial estación de la Sabana y La Dorada lo hicimos en bus. Y que luego fue el delirio. A pesar de que el viaje duró 27 horas, nadie se quejó. Porque en el tren uno camina. Porque, aunque no era muy seguro, uno se podía pasar de vagón en vagón, porque tenía baños decentes y porque el paisaje desde un tren está a la mano. Viajábamos con las ventanillas abajo y el aire dulce del Magdalena medio se metía en vaharadas calurosas por todos los vagones. Y el ruido constante y repetitivo de la locomotora operaba como un mantra milagroso, que llenaba de dicha a los viajeros. Daba verdadera felicidad llegar a estaciones lejanas. Llegar a Gamarra, por ejemplo, o a Tamalameque. Una felicidad de doble vía, para la gente del pueblo y para los pasajeros. Y cuando atravesábamos la zona bananera, casi que podíamos agarrar los bananos con la mano, porque las palmas acariciaban los vagones. La naturaleza se metía en el tren, el paisaje entero viajaba dentro del tren. Creo que fue de los últimos viajes que hizo el Expreso del Sol. Porque ya los políticos habían concertado su muerte desde la... leer completo en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-9219025

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