colectivo literario de ta.li.u.m.
Literalmente. Letra x letra – palabra x palabra
Tipo:Libro
Autores: Varios Autores
Gustavo Arrieta López (Compilador)
Editorial: Universidad del Magdalena
TA.LI.U.M.
El taller Literario de
la Universidad del Magdalena
Fecha de edición: abril de 2009
ISBN: 9789588320663
Formato: Libro
Terminado: Rústica
Tamaño: 17 x 24 cm.
Número de páginas: 116
Nota: contiene imágenes a color en papel propalcote
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UMAG 4
Peso: 0.23 kg
Reseña:
Este es otro de los más grandes atrevimientos del Ta.li.u.m. y se espera que no sea el último, dadas las circunstancias de la congregación de jóvenes universitarios en el intento de encontrarse con los poetas y escritores que todos llevan dentro y que tercamente, con la manía premonitoria del autor trata de incentivar en los talleres de creación y apreciación.
Cuando cada uno de ellos llega por primera vez al taller literario trae mil incertidumbres sobre si sus escritos son o no poesía o cuentos, y/o sobre la calidad de los mismo, para luego descubrir pronto, que la verdadera dinámica de una taller va más allá de la clase magistral y que el compartir un mismo interés apasiona, que hace trascender, y es el impulso necesario para encaminar por las rutas de la literatura.
Los presentes escritos, ya en verso, ya en prosa corresponden a una selección de muchos textos que se fueron sumando tras la convocatoria a este colectivo, no hubo condición de nada y los cuentos o poemas publicados representan a sus autores a través de las múltiples etapas que se van superando con la práctica de la lecto – escritura, con el reconocimiento de personajes importantes para las letras de Colombia y el exterior, con las lecturas orales ante un público y sobre todo con el hecho de ver, por primera vez el escrito del lector con su nombre, en un libro publicado bajo el sello de la Universidad del Magdalena.
Tabla de contenido
Gustavo H. Arrieta López (Prosa) Presentación
Martiniano Acosta Acosta (Prosa) Prólogo
Adriana María Zapata Gutiérrez (Prosa)
Zeus: mi abuelo el dios
Álvaro Acevedo (Prosa)
Sedienta agonía
Angélica Campo (Prosa)
Dios se equivocó
Carlos Armando Pimienta Bravo (Prosa)
Oh fortuna
Cristian Casallas Useche (Poesía)
Suposiciones inútiles, Vita a morfa, Otro día más, Capuchinos en sepia
Diana Milena Bonilla Paredes (Poesía)
Hay dudas sobre las aguas, Fatídico temblor, Melifluo, Gotitas de kéfir
Elvira Olivo (entrevista)
El arte de la palabra viva
Erika Ortiz Rodríguez (Prosa)
Victoria
Felix Leonardo Liñan Deluque (Prosa)
Crónica de los que pudieron escapar del bosquecillo de las fabulaciones, Cuentos de una noche de lo más tranquila
Jorge Mario Sarmiento Pérez (Poesía)
De la muerte, Innombrable, Súplica, Hablo
José Bins Torres (Prosa)
El mordisco de la vaca
Julio Azar Blanco (Prosa)
Elena se va para Cali
Luís Carlos González Guerrero (Poesía)
Compañía, Ave en gotas, Al norte de noviembre, Delineador
Manuel Arévalo González (Poesía)
Chiribitil, Es hora, Los aromas del sueño, Tórrido y sútil, Del crepúsculo
Marshal Monterrosa (Prosa)
Serenatas
Mauricio Arrieta Fontanilla (Prosa)
Con mucha venganza por favor
Oscar Fernández (Prosa)
Azariel y el primer lápiz
Pedro Samir Hernández (Poesía)
Diálogos, Recital evocado I, Recital evocado II, El día que nunca debí olvidar
Verónica Meléndez (Prosa)
Bacilos gram positivo
Yariffe Marín Freyle (Poesía)
On sale, Misiva para el señor Floyd, Pargo rojo en la capital, Aprendiz con hambre
Publicación Colectivo Literario de TA.LI.U.M. 2.008
Todos las expresiones artísticas llegan a su climax en algún momento, así como tras el cultivar viene la cosecha; un taller de literatura como el nuestro está en la necesidad imperiosa de mostrar sus resultados no con el ánimo de evaluar y decir quien es mejor que otro.. no, más para el deleite de la evidencia de lo alcanzado luego del proceso de apreciación-creación que talium ha permitido gracias a las políticas de educación integral de nuestra alma mater.
Poéticas, narrativas, ensayística, etc., en un orden alfabético que favorece la lectura intercalada de literaturas tan diversas de jóvenes estudiantes quienes se expresan y sueñan que las letras y palabras se materialicen en este libro...
PRESENTACIÓN
Por: Lic. Gustavo H. Arrieta López
Siempre es grato saber que se están dejando semillas sembradas por donde pasamos y que por este sendero de la vida que ha sido para mí el Taller Literario, desde que lo creáramos por allá en el 91 varios compañeros del extinto programa de Lenguas Modernas junto a profesores de la talla de Martiniano Acosta, quien evidentemente prologa la presente edición, hasta hace tres años que lo refundaran las iniciativas del rector titular Carlos E. Caicedo Omar; tales semillas del TA.LI.U.M. han encontrado un gran campo fértil para buenos cultivos y buenas cosechas.
Los jóvenes escritores y poetas aquí publicados se fueron congregando por este camino que se dirige hacia la “ruta que va al sur”… mientras forjaban, antes que letras o palabras, toda dinámica de vida, entre la academia y la lucha por su propia superación, entre los talleres de lo que llamé de “apreciación y creación” con la visita de poetas y escritores en cuerpo y alma o sólo de cuerpo o sólo de alma, entre las virtualidades de los blogs en internet y la identidad de imágenes, entre la música de los argentinos de antes y las películas de todos los tiempos y los tintos del parque de Bolívar o las casi ebriedades de los fines de semana.
Todos ellos constituyen la esencia para alcanzar el fruto anhelado de esta publicación y por tal motivo me propuse descifrarlos en la constancia de los días o encriptarlos en los entrelíneas, -subterfugios que los graduarán profesionales en sus respectivas áreas pero en adelante llevarán un matiz distinto o a los otros, delineado en el rostro o en el modo de andar o decir:
Encuentro en Adriana Zapata a una narradora por naturaleza que responde con la escritura a esas voces ancestrales del Caribe. En Álvaro Acevedo, con su corazón de pájaro mítico representa lo que no se puede tapar con un dedo y palabra funda imperios. En Angélica Campo, vivo ejemplo del adalid que en la plaza pública levanta su puño, su lenguaje de esperanza para labrar reflexiones.
Carlos Pimienta, sabe que la juventud requiere de la redención corporal y mental, mientras que desde su vocación de médico receta las historias del perdón; Cristian Casallas, construye sus industrias poéticas desde la desfachatez de su modo de ver y sentir para evadir quizá la responsabilidad de las rutinas esclavizadoras de la posmodernidad.
Diana Bonilla, el hada que aprende tanto a volar como a mezclar ingredientes mágicos para esta vida gourmet. Elvira Olivo, la voz que otorga luz los versos más abismales cuando la caída libre va de las palabras a los hechos. Erika Ortiz, en la antropología encontrando las respuestas a las respuestas.
Félix Liñán, poseedor de la imagen futurista y sin esperanza del mundo. Jorge Mario Sarmientoperez, hasta donde su voz alcanza, hasta donde su vista alcanza, dominios de la eternidad que le son propicios para la conquista del poema. José Bins Torres, transeúnte de la vida en el aprendizaje de los designios del dios que le otorga, como a Diógenes, su lámpara. Julio Azar, acertado el talento con que él se la juega toda en busca de la imagen o secuencia de la realidad que es el dejá vú del éxito.
Luís González, paso a paso descubre los tránsitos de sus constelaciones por las sombras de las gentes sin avenidas. Marshall Monterrosa, inquieto duende de las historias por contar, él mismo las escribirá, él mismo las leerá para quienes no desean soñar. Mauricio Arrieta, sus alter ego le permiten ser escritor y protagonista y antagonista y editor y lector y crítico, y si acaso él se sabe uno sólo tanto para la imagen como para las letras.
Oscar Fernández, cierto misticismo, quizá ascético, hacen de su escritura puntual desde el ser y para el ser. Pedro Hernández, asomarse al agujero en el árbol para emprender este viaje literario a través de la magia de su literatura. Verónica Meléndez, transciende la fotografía de los hechos para contar sus impresiones de oráculo y presagio. Yariffe Marín, un latido como un pálpito desciende desde sus afanes de princesa índigo, la metáfora es su estandarte de paz, aunque su lápiz es el estratega de las batallas.
Testimonio entonces, esta ingenua publicación llena de aciertos, sin el temor de equivocarme y defendiéndola a capa y espada. Evidencio el acto de la promoción de la lectura y la escritura como circunstancias de un imaginario cultural, para que a futuro, sombras milenarias de aquello que hoy es retoño, nos amenice los mediodías calurosos de este trópico Tairona y Caribe.
Gustavo H. Arrieta López
Octubre 10 de 2.008
PALABRA X PALABRA
“El Cuartico de las Palabras” fue un lugar de la universidad del cual siempre quiero siempre acordarme. Lo evoco porque allí nació el taller y se sembró la semilla de la literatura. Ya no existe pero pienso que ese imaginario aún sigue generando la literatura que surge del seno de esta Casa de Estudios. Gustavo Arrieta –actual director del taller- siempre fue un alumno aventajado en el proceso creador e incluso perseverante y defensor para que el taller nunca se acabara o evitara que mentes tecnócratas no vinieran a cavar la fosa del grupo literario. La constancia vence.
Gustavo y yo siempre soñábamos publicar una antología con todos los trabajos de los talleristas. En aquella época no se pudo realizar el sueño literario. Apenas unas revistas tituladas Voces Nuevas, unos plegables publicados artesanalmente y uno que otro concurso convocado por el taller. Hoy la realidad es diferente. Ha corrido mucha agua debajo del puente. Por eso, hoy está en sus manos, señor lector, este manojo de poemas y cuentos para el disfrute el cual ha brotado de un puñado de jóvenes quienes en medio del estrés y de los afanes del día se dedican a cantar, a denunciar la carga abrumadora de la realidad y a pelear contra las palabras en algún lugar de la universidad.
El colectivo del Taller es una muestra del tesón de su director y de sus integrantes quienes le han “robado” la luz azul a la luna, al agua la transparencia, a los pájaros las alas, al hombre los sueños, a las ciudades los parques, el centro y las plazas, a la naturaleza sus colores y olores, al mar sus peces de colores, al cielo barcos de nubes, a la soledad ratos de ausencias, a la muerte su celeridad para construir su mundo poético y narrativo. No pretendo criticar de manera destructiva el trabajo de cada uno (a) de ellos, al contrario, trato de señalar algunos principios y detalles que con el tiempo –si persisten en el empeño de convertirse en poetas y narradores- sé que se corregirán. Primero: debe tenerse una disciplina frente al proceso escritural. Ella les dará la madurez literaria.
Segundo: leer, releer. La lectura ofrece tantos mundos que sirven para complementar el mundo que se está creando. La lectura debe ser el alimento de los jóvenes. Tercero: Amor a lo que se hace. De lo contario, se está arando en el mar. Cuarto: Vivencias directas o indirectas asimilarlas para que sirvan de fuente primaria a los propósitos literarios. Estoy seguro de que el trabajo de refinamiento, de búsqueda de estilo se conseguirá con el tiempo. Por lo tanto, hay que trabajarles fuerte.
La antología me ofreció el regocijo de unos jóvenes que se aventuran a tomar instantes de la vida, de la realidad, y con la magia de la palabra convertirlos en poesía o en breves narraciones. Allí reside la magia del poeta, del narrador: hacer gozar al lector. De igual manera se dan ciertos juegos de palabras o juegos lingüísticos –que son atisbos- o ciertas metáforas que denotan una entrada a jugar con el lenguaje, a buscar otras formas literarias, por ejemplo, “el planeta de tus culpas”, “sortilegio cuadrado”. Otros textos son rabiosamente denuncias de la realidad, irreverentes contra todo lo establecido, creo, que eso es normal. La poesía por antonomasia es irreverente.
No quiero nombrar a ninguno de los narradores ni poetas, en este colectivo
literario. En su conjunto es una muestra de nuevas voces, de nueva generación de poetas y narradores que se inician en el difícil campo de la literatura. Hay que adquirir experiencia y esta se da con el correr de los tiempos, con la lectura permanente, con la práctica escritural y jamás pensar que lo que se acaba de escribir “ es lo mejor, es lo máximo”, considérelo siempre “un borrador”.
Estos jóvenes, como dice un poeta en la antología, son: “tejedor de incertidumbre…,
pasajeros del tren de la medianoche”. Así los denomino también, son autores que arrancan bien en esta carrera de resistencia y ojalá que la vida, los estudios, la realidad, les permita continuar en el mismo sendero si en verdad desean dedicarse a la literatura.
Recibo con beneplácito –espero que los demás también- esta antología porque es una muestra del trabajo literario que se lleva dentro del taller con mucho tesón, amor, voluntades aunadas bajo la dirección de Gustavo.
Los trabajos reflejan deseos, ganas de consolidarse como poetas y narradores
en la Costa Caribe y –aseguro- están dándole un nuevo aire a la literatura joven del Caribe Colombiano.
Martiniano Acosta
Septiembre 28 de 2008
Santa Marta, cerca del mar
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